Las investigaciones han demostrado que a medida que aumenta el peso hasta alcanzar los niveles de sobrepeso y obesidad*, también aumentan los riesgos de las siguientes afecciones:1
- Enfermedad coronaria
- Diabetes tipo 2
- Cáncer (de endometrio, de mama y de colon)
- Hipertensión (presión arterial alta)
- Dislipidemia (por ejemplo, niveles altos de colesterol total o de triglicéridos)
- Accidente cerebrovascular
- Enfermedad del hígado y de la vesícula
- Apnea del sueño y problemas respiratorios
- Artrosis (la degeneración del cartílago y el hueso subyacente de una articulación)
- Problemas ginecológicos (menstruación anómala, infertilidad)
*El sobrepeso se define como un índice de masa corporal (IMC) de 25 o más y la obesidad como un IMC de 30 o más.
Estrategia Naos: obesidad y exceso de peso
Uno de los problemas más comunes asociado al estilo de vida actual es el exceso de peso.
La obesidad o exceso de peso es uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de muchas enfermedades crónicas, como enfermedades respiratorias y cardiacas, diabetes mellitus no insulinodependiente o diabetes de tipo 2, la hipertensión, algunos tipos de cáncer, así como una vejez o una muerte prematura.
«Los nuevos estudios científicos han demostrado que los riesgos para salud del exceso de grasa corporal pueden estar asociados a pequeños incrementos de peso y no sólo a una obesidad pronunciada.»
La obesidad y el sobrepeso son graves problemas que suponen una creciente carga económica sobre los recursos nacionales. Afortunadamente, este mal se puede prevenir en gran medida si se introducen los cambios adecuados en el estilo de vida.
¿Qué es la obesidad y el exceso de peso? ¿Qué es el IMC?
La obesidad se define simplemente como un estado de salud anormal o una excesiva acumulación de grasa en los tejidos grasos (tejido adiposo) del cuerpo, que puede llegar a constituir un serio peligro para la salud. La causa subyacente es un balance energético positivo, es decir, cuando las calorías consumidas exceden las calorías que se gastan, aumenta el peso.
«Los nuevos estudios científicos han demostrado que los riesgos para salud del exceso de grasa corporal pueden estar asociados a pequeños incrementos de peso y no sólo a una obesidad pronunciada.»
Para que todo el mundo pueda determinar fácilmente cuál es su peso adecuado, se mide simplemente la relación entre peso y altura, que se denomina Índice de Masa Corporal (IMC).
El IMC es una útil herramienta que es utilizada comúnmente por médicos y otros profesionales de la salud para determinar la prevalencia de peso por debajo de lo normal, exceso de peso y obesidad en adultos.
Se obtiene dividiendo el peso en kilogramos de una persona entre el cuadrado de su altura en metros (kg/m2). Por ejemplo, un adulto que pesa 70 kg y cuya altura es de 1,75 m tendrá un IMC de 22,9 kg/m2.
Se considera que hay exceso de peso y obesidad cuando el IMC es respectivamente superior a 25 y 30. Normalmente, se considera que un IMC es «saludable» cuando está entre 18,5 y 25, que es «de riesgo» cuando es de 25-29 y de «alto riesgo» cuando es superior a 30.
Índice de Masa Corporal
- Peso por debajo de lo normal: 18,5
- Peso saludable: 18,5 – 25
- Exceso de peso: 25 – 30
- Obesidad: 30
Pero el IMC no nos facilita información sobre la cantidad total de grasa, ni sobre cómo dicha grasa está distribuida en nuestro cuerpo, lo cual es importante, ya que el exceso de grasa abdominal puede tener consecuencias negativas para la salud.
Una forma de determinar la distribución de la grasa más peligrosa es medir el perímetro de la cintura. El perímetro de la cintura no tiene nada que ver con el peso, y es un método simple y práctico de identificar qué personas tienen sobrepeso y por lo tanto mayor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con la obesidad.
Si el perímetro de la cintura es superior a 94-102 cm en el caso de los hombres y a 80-88 cm en las mujeres, significa que hay un exceso de grasa abdominal, que puede suponer un mayor riesgo de padecer problemas de salud, incluso aunque su IMC sea normal.
Según lo que mida el perímetro de la cintura, se divide a estas personas en dos categorías: Las que tienen una distribución androide de la grasa (normalmente conocida como forma de «manzana»), lo que significa que la mayoría de su grasa corporal es intra-abdominal y se acumula en el estómago y el pecho, y supone que corran mayor riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la obesidad.
Y las personas con una distribución ginecoide de la grasa (normalmente conocida como forma de «pera»), lo que significa que la mayor parte de la grasa corporal está acumulada en las caderas, los muslos y los glúteos (nalgas), y facilita problemas mecánicos (articulaciones, interior de los muslos) en casos extremos. Normalmente, la distribución de grasa en los hombres obesos es en forma de «manzana» y en las mujeres en forma de «pera».
El exceso de peso en España
- Exceso de peso en España: un daño anual… ¿Qué se debe evitar?
La mayoría de los pacientes con exceso de peso llevan asociadas alteraciones de función metabólica en mayor o menor grado, las cuales producirán muy probablemente cuadros patológicos que inciden en su efectividad, su calidad de vida, la de su entorno y su propia estima.
Entre las patologías que se desprenden del exceso de grasa muy ligadas a una vida sedentaria, son habituales:
- Diabetes
- Hipertensión
- Incremento de colesterol y triglicéridos
- Artrosis
- Enfermedades cardiovasculares
No obstante, en consulta, los especialistas en Endocrinología, Metabolismo y Nutrición, atienden más pacientes por un preventivo sentido estético, sobretodo las mujeres, que por un interés de mejorar su salud o el estilo de alimentación.
Cierto es que la gente joven, cada vez más frecuentemente, solicita consejo sobre una pauta sana de alimentación, interesándose además a cerca de un estilo de vida o revitalización, donde la actividad física ocupa una plaza fija.
El perfil de la persona obesa refleja una edad entre 45 y 54 años, con un menor nivel educacional y socioeconómico y más mujeres que hombres. También es mayor la incidencia de la obesidad en parejas, quizá por su afinidad en comida abundante y tiempo libre sedentario, que en personas solteras.
El estrés emocional sería otro factor sumamente importante a considerar.
Respecto a las pautas de alimentación, las proporciones han variado en relación a tiempos relativamente recientes. Se insiste en dietas sabrosas pero equilibradas, que contengan:
- 55% – 40% de carbohidratos.
- 30% de grasa.
- 15 – 30% de proteínas.
- 20 – 40 gramos de fibra (legumbres, hortalizas, alimentos integrales)
- Poca sal.
Se trata de pautas alimentarias con menús de contenido nutritivo completo, variado, equilibrado y personalizado. A mayor cantidad de carbohidratos de absorción rápida (harinas refinadas, bollería, pastelería, chocolate…) mayor demanda de insulina, mayor apetito y más tendencia a ganar peso o más lentitud en perderlo.
La actividad física, desde la práctica de bicicleta estática o el paseo de 30 minutos, a la práctica de deporte periódico, es casi preceptivo.
Obviamente, mientras llegan consejos y consensos generales de comportamiento sano, de nuevo hemos de insistir que el acudir a vuestro endocrinólogo, significa poder planificar personalmente una terapia tridimensional clínica, dietética y dinámica.